MONÓLOGO PARA INVIDENTES EN TERUEL
Hacer un monólogo para invidentes es uno de los retos más singulares que he tenido a lo largo de todos estos años como monologuista.
Hacer un monólogo para invidentes es uno de los retos más singulares que he tenido a lo largo de todos estos años como monologuista.
Cuando le comenté a mis amigos que iba a hacer un monólogo para ciegos, flipaban, pensaban que sería muy difícil y que estaba loco por aceptarlo.
Alguna vez había tenido algún invidente entre el público, pero nunca había hecho un monólogo para ellos.
Si bien hacer un monólogo para ciegos, como decían mis amigos, no parecía nada fácil en un principio, la verdad es que finalmente resultaron ser un público genial.
De todas formas, tuve mis dudas y le di muchas vueltas a qué partes del monólogo sí hacer y cuáles no. Evidentemente, primero eliminé aquellas que eran muy gestuales y sobre todo las que no tenía gracia la broma sin verme la cara o sin representarlo excesivamente. En definitiva. tenía que ser como si te estuviera contando un monólogo por la radio.
El monólogo entraba dentro de unos días de actividades que organizaba la ONCE por la zona de Teruel. El monólogo se realizó en el pub Flanagan´s de Teruel y finalmente también asistió público no perteneciente a la ONCE, ya que aunque lo organizaban ellos, el pub abría sus puertas a quien quisiera.
Fue toda una experiencia realizar un monólogo para invidentes, experiencia que repetiría gustoso, sobre todo por lo agradecidos que fueron como público. La mayoría vinieron a saludarme y a felicitarme al acabar el monólogo. Y al hablar con ellos, me di cuenta que el humor traspasa todo tipo de fronteras.