MONÓLOGO PARA POCAS PERSONAS
En un principio un monólogo para pocas personas suele ser más complicado para el monologuista, pero no siempre tiene por qué ser así.
Cuando te llaman para un monólogo y te dicen que sólo son 8 o 10 personas, en un principio piensas que va a ser un monólogo bastante complicado, ya que por supuesto es mucho más fácil hacer reír con 100 personas que con 10. Pero muchas veces te sorprende porque justo esas 10 personas vienen muy predispuestas y con ganas de pasárselo muy bien. El otro día sin ir más lejos en el monólogo en una despedida de soltero en Jávea, sólo eran 10 chicos y fue brutal porque tanto el novio como sus amigos estaban con más que ganas de pasárselo bien.
Por supuesto no se hace el mismo monólogo cuando el público es tan reducido que cuando estás en un teatro lleno de gente o en pub a rebosar. Cuando son tan pocos, interactúas mucho más entre los que te están viendo y personalizas mucho el monólogo a la situación y al público en cuestión.
Normalmente los monólogos para tan poco público, suelen ser para celebraciones privadas como despedidas de soltero o soltera, cumpleaños o sorpresas de algún tipo. Hay veces que el monólogo para poca gente es en un lugar público, pero esto normalmente es debido a determinadas circunstancias que han hecho que acudiese poco público cuando se esperaba mucho más. En estos casos también se suele acabar haciendo un monólogo más familiar.